jueves, 27 de mayo de 2010

Especial del Dia

La necesidad de escribir provoca en mí el meditar las respuestas a preguntas sencillas.

Me pregunta una prima que vive en el extranjero, que cual es mi especialidad – en la cocina, supongo - y me doy cuenta que no tengo ninguna. Lo que tengo son gustos, intereses, recuerdos, motivos…

Cocino platos que me recuerdan de donde vengo y aprendo otros, cuitas de lo que quisiera ser. De un pasado cubano y un de un presente puertorriqueño. De donde viene el apellido y de donde quisiera ir. Estudio platos de antiguos fogones de los países que visito. De lo que almuerza un obrero en Toledo, de lo que cena un seminarista en Roma, un gondolero en Venecia o un estudiante en Nueva Orleans.

Cocinarte es decirte que me importas, que ya eres parte de mi vida. Cocinarte podría ser darte las gracias, darte un abrazo, decirte te quiero o tal vez te amo. Disfruto cocinarle al que se sacrifica por otro. Disfruto un plato sencillo con una conversación compleja. Disfruto de un plato con vino o con agua.

Le cocino a la vida. Entre mis platos están un caldo espeso que le preparaba a mi padre en su lecho de muerte y un pescado fresco a mi prima y mis tíos que nos ayudaban a cuidarlo. Entre mis platos esta un postre de fresas caliente para el cura que lleva todo el día perdonando pecados y un sancocho para los que fueron perdonados -no hay sonrisa mas amplia que la del hombre de conciencia limpia…- Entre mis platos tengo una salsa criolla para el pescado y unas costillas a la barbacoa para mi familia en Orlando.

Le cocino a la nostalgia. Intento el arroz con pollo a la chorrera para el amigo que no lo come desde que salio de Cuba. Intento sin éxito la ropa vieja de mi padre y el pollo frito de mi madre. Casi logro el bistec de mi abuela y los panqueques de mi tía.

Le cocino a los amigos. Un asopao al borracho para que llegue a su casa. Cocino un fricase que aprendí en los días de la universidad con algunos hermanos que me ha regalado la vida. Me gusta estar en la cocina con un amigo que lucha contra la depresión.

Disfruto cualquier viernes con buenos amigos, una botella de vino y alrededor de la estufa. Disfruto una barbacoa en el mar con buenos amigos y una cerveza fría. También me refresca cocinarles a los amigos de mis hijas, me refresca escucharlos hablar de política y de música. Me refresca y siento orgullo cuando los escucho hablar de metas y de sueños. Me refresca la vida cuando los veo como disfrutan la creación y la tierra. Me refresca verlos darse un abrazo sincero.

Le cocino a la familia. Les preparo el desayuno a la mujer que amo y a las hijas que consiento... Loco me dicen por que le cocino hasta a mi suegra. Comparto la cocina, los chistes, la música y un mojito – más bien varios- con mis concuñados.

La cocina me enseño que los ingredientes son como las palabras, imposibles de retirar una vez utilizadas.

Alguna vez almorzando con un amigo, el mesero pregunto ¿les falto algo?, a lo que mi amigo contesto, “le falto el amor”.

jueves, 13 de mayo de 2010

Crema y Nata

Nació la noche en que uno de los candidatos a gobernador le saco la lengua a la candidata mujer. Presagio de que las campañas políticas y las formas de administrar la colonia cambiarían para siempre.


Esta noche es su misa de graduación de escuela secundaria y en agosto, si es que se ponen de acuerdo los estudiantes en huelga y la junta de síndicos, entrara al Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico, mi alma mater. No doy mi opinión de la huelga por no ser este el foro, además por decoro y por no ofender gentiles que tengo a mi derecha, pero me levanta sospecha cuando el verbo duro quien lo expresa el mas “maduro”…


Estudiara en la escuela de ciencias agrícolas, cosa que me alegra grandemente. Imposible estudiar agricultura y no tenerle amor a la tierra, tu tierra y mi tierra. Sentirá el olor a tierra húmeda, asistirá a alguna puerca pariendo, ordenara alguna vaca, vera como se insemina artificialmente a una yegua, conocerá de semillas, de tipos de suelo, aprenderá de injertos. También se dará cuenta de lo duro del trabajo de la tierra. De lo triste que es el que personas prefieran comprar productos extranjeros por economizarse un vellón. Después de todo, ¿si no compramos nosotros nuestros productos agrícolas quien vendrá a comprarlos? Le dará tristeza ver cuando la gente compre carne de Costa Rica, huevos americanos, yautía de Santo Domingo, café cualquier sitio que no sea de nuestra isla.


También conocerá de “ "Aquellos Jueves", de los que saque el anillo que llevo en la mano izquierda y que son la razón para que me llame tío. Seguro estoy que si le pregunto que quiere de regalo de graduación, me dirá con su pasmosa tranquilidad, quiero alitas tiiioooo…


Alitas de polo fresco del país, cortadas en tres. El extremo, guárdalo para un caldo. Bien adobaditas, fritas en aceite vegetal por veinte minutos, hasta bien doradas y tostaditas. Para la salsa búfalo - siempre sale la situación colonial – mezcla salsa picante Frank’s con mantequilla y unas gotas de vinagre. Para la salsa blue cheese, mezcla aderezo de ensaladas con unas gotas de limón y un toque de miel. Sirve el pollo con unos palitos de celery.


Esperanza tengo en la juventud que se levanta, que se levanta por que crece y por que se pone de pie. En la que estudia y trabaja. En la que ríe y en la que llora. En la que canta y en la que ora. Esperanza tengo en ti, siendo tu, no importa tu edad física parte de esa juventud.

lunes, 3 de mayo de 2010

Voluntario

El mar envío a dos sonrientes delfines a recibirnos tan pronto comenzamos a navegar por la Bahía de Boquerón. Múltiples reacciones provoca el mar en cada ser, pero encontrar delfines que parecen dirigir el rumbo de nuestra embarcación, me provoca seguridad. O será tal vez, la forma que tiene el Señor para decirnos que estamos haciendo lo correcto.


Llevo varios fines de semana un poco alejado de los fogones y dedicando parte de nuestro tiempo libre con un grupo de amigos como voluntarios con miras a los próximos Juegos Centroamericanos Mayagüez 2010. Entre balizas y boyas, sogas y cabos, nudos y grados, rumbos y distancias, banderas y anclas, sal, mucho sol, olas y lluvia, el deporte de la vela es uno de los más complejos de montar en unos juegos como los venideros. Pero también entre mucho entusiasmo y sacrificio, nuevos conocimientos y nuevos amigos. No puedo olvidar, que la vida me ha enseñado que, mientras mas grandes los sacrificios, mas grandes las satisfacciones. Cuando llegue ese momento de izar la bandera, escuchar el himno y que se coloque la presea en el cuello de algún atleta, sentiremos la satisfacción de la labor bien realizada…


Y no se a ustedes, pero a mi estar en el agua me despierta un apetito terrible. Tan pronto llegamos a tierra, me llama mi madre por teléfono y me hace de esas preguntas que hacen las madres sabiendo perfectamente cual será la contestación. ¿Tienes hambre? ¿Vienes a comer? ¿Que quieres que te prepare? Cualquier cosa madre… le contesto, con esas contestaciones que dan los hijos cuando contestan algo sin decir nada –como suelen contestar algunos políticos, hijos también…-. Pero ella muy bien sabía a que me refería con eso de “cualquier cosa”, pollo frito y arroz con chorizos, con sabor a te quiero.


Chorizos enlatados, en un poco de la manteca del chorizo, rehogar cebolla cortada pequeña, aceitunas, sofrito criollo, sal a gusto, caldo de pollo, achiote y arroz. Proporciones de caldo a grano, como te guste. Cocer destapado hasta que seque, bajar el fuego y tapar. Excelente este arroz para acompañar carnes asadas, con una ensalada fresca y una cerveza bien fría, luego de un día bajo el candente sol…


Aunque le dije que iría solo, cocinó como para cuatro. Y para completar, no falto el regaño, como en los tiempos de antaño, por no haberme devorado todo lo que me puso en frente. Salí corriendo para llegar a misa, me falto tomarme un café y decirle, yo también te quiero. Feliz día de las madres.