viernes, 12 de febrero de 2016

De vuelta

El pañuelo que llevaba en su cabeza me ayudo a navegar fuera de la tormenta en que me encontraba, y la luz de sus ojos fue la mandata que me llevo de vuelta a la vida…

Son días difíciles, bastante difíciles, muy difíciles, en extremo difíciles. Días donde se trastocan todos los aspectos de la vida.  Donde se ponen a prueba todas nuestras capacidades, incluyendo las más íntimas.

Donde se ponen a prueba las fundaciones de nuestros sentimientos. Donde los amores con sentido, a la patria, a la familia, a Dios, o a esa persona amada se tambalean. Pero, en que se fundamenta el amor, sino es en el amor mismo?

Tiempos donde es necesario desnudar el alma, cavar profundo en nuestro corazón hasta encontrar lo que de verdad le da sentido a nuestras vidas.

Momentos por los que muchos, jamás pensamos que estaríamos pasando. Para bien o para mal. Aunque de momento solo sintamos el “para mal”.

Tiempos donde literalmente somos muchos los que estamos raspando el pegao!

De que hay que echarle ese chorro adicional de aceite al arroz. De que hay que subirle la temperatura al final de la cocción. De que hay que des taparlo para que no se ahúme. De que ese pequeño grano, junto a algunos de sus compañeros luego de haber sido sometido a semejante tortura, se transforma en algo excepcional. No se puede dejar de observar el proceso que, después de todo, pasa rápido.


Si, todo pasa rápido.  Son solo eso, momentos. Que nos endurecen, que casi nos queman, que nos transforman. Pero en el ínterin… ríe, canta, baila, llora, corre, salta, nada, ora, escucha, observa, medita, agradece, vive!