miércoles, 7 de abril de 2010

Rincon

Desde tu balcón se aprecia la vida. El pescador que prepara su red. Los pelícanos en espera de su presa. El árbol centenario con mil historias que contar. El borrachín con su perro y el perro con su amo. La madre con su hijo y al hijo de su madre. Un surfer solitario en espera de la ola de sus sueños. El turista que camina pensativo por la arena mojada. Las olas y las arenas de Silvia. El mar en todas sus dimensiones, tentador e intimidante a la vez. Olas rompiendo que nos recuerdan lo vulnerables que somos. Las ballenas que nadaron miles de kilómetros para danzar al amor y por el amor. Por el tuyo y por el nuestro. El horizonte que se traga al inmenso sol. Las estrellas del cielo y las que el mar multiplica con su reflejo.


Desde tu balcón celebramos mi vida y la alegría de la pascua observando la creación que nos regalo el resucitado. También brindamos, varias veces, más bien, bastantes veces. Reímos. Bailamos al son del “playlist” preparado para la ocasión. La estufa fue mi pareja durante parte de la noche. Pescado fresco, peto para ser exactos, para combinar con los aromas que nos regala el mar. En ruedas uno. Filetes del otro. Trocitos empanados del filete y empanadillas de la carne blanca que se negaba a dejar el espinazo. Sacrilegio desperdiciar algo de pescado por un pescador – y por cualquiera -.

Harina de trigo, huevos batidos y galleta molida. En ese orden, pasar los filetes salpimentados. Aceite vegetal caliente para freírlos. Escurrir en papel absorbente. Comer calientes con alguna salsa a base de mahonesa y limón.

Para el relleno de las empanadas, rehogar en aceite de oliva pimiento, cebolla, un poco de ajo, papas y aceitunas con un poco de polvo de curry, pimentón, sal y pimienta. Todo picado muy pequeño. Agregar el pescado, añadir un chorro de vino blanco. Cuando evapore el alcohol, cubrir con un poco del caldo que preparaste con las cabezas y el espinazo del pescado. Dejar reducir hasta que las papas estén tiernas y listo.

Al momento de partir hacia la ciudad, con el cuerpo extenuado y el corazón satisfecho, desde tu balcón en Rincón y desde la gloria en el cielo, me recordaba Mercedes que tenemos que dar “Gracias a la Vida”.

8 comentarios:

  1. ... Me encanto, lastima que no pude disfrutar de todas esos platos (por mi alegia) pero fui testigo de cuanto se lo disfrutaron :) Dios siempre nos recuerda que tenemos que dar GRACIAS A LA VIDA!!!

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  2. Desde mi balcon... desde NUESTRO balcon! Que escrito mas hermoso.... el horizonte que se traga al sol... Cuanta sensibilidad!!

    Me dio mucha felicidad el tenerlos a todos aqui. Cada dia me doy cuenta de lo mucho que tenemos y cada dia, tambien me doy cuenta del gran ser humano que comparte la vida con mi prima... por eso y por todo lo que eres.. gracias!!

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  3. Todo un poeta Juanci, como disfruto tus relatos y ni se diga tus recetas, ya he disfrutado de algunas de ellas, sabrosas, gracias por compartir tus experiencias y esa sencibilidad que tienes, se que disfrutas de la cocina y por eso la comida es rica porque esta hecha con mucho amor, felicitaciones siempre, gracias

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  4. Yo me vivo cada una de tus palabras, cada emocion me transporta, las retrato y las guardo en mi alma, mi corazon y en.......mi barriga!!!!! GiGi

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  5. ayy que envidia me da.. el no poder disfrutar de esas delicias del mar,Mmm! de solo leer se me ha pegado un antojo de comer pescado frito:)

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  6. Me encanta como describe el escenario!!!

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  7. Tu relato nos lleva a desear estar en esa celebración para disfrutar del ambiente , la comida,la tertulia,la tarde y la buena compañia que más se puede pedir de la vida!!!!

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