martes, 15 de noviembre de 2011

Pasos

La expresión de la enfermera me indicaba que algo no marchaba bien. Con cada contracción, los latidos de su pequeño corazón se detenían. El parto natural ya no era una opción, así que me sacaron de la sala para proceder con la cirugía que permitiría que finalmente pudiese tenerla en mis brazos.

Hasta ese momento pensaba que la bilirrubina era solo una canción. Tuvo que permanecer varios días en cuidado prenatal hasta que mejorara su condición.   Dieron de alta a mi esposa y ella permanecía hospitalizada. En su frágil cuerpo, ya no encontraban las enfermeras de donde sacarle mas muestras de sangre. Al cuarto día, a metros del hospital, una terrible explosión que le costo la vida a 33 puertorriqueños e hirió a unos tantos mas producto de un descuido de una compañía de gas. Yo acudía al hospital para solo poder verla detrás de unos cristales. Eran días difíciles en buenos tiempos. Hoy, tenemos días buenos en difíciles tiempos.

El jueves diecisiete cumple quince años. De aquella bebe inquieta, hoy tengo una radiante señorita. Tiene el domesticable don de decir lo que piensa. Tiene el sentido del humor de su abuelo, los ojos del padre, la estatura de su bisabuela y mucho de su madre. Todo esto y mas la hacen única y especial. De pequeña llegaba a los sitios y presentaba a su hermana mayor. Sicóloga sin titulo. Lo que no se alimento estando en el vientre, comenzó a hacerlo tan pronto vio la luz del día. Ya da sus pasos en la cocina, digamos que sin comer no se queda. Come de todo y no exige nada. Cuando mas exige es a la hora del desayuno.

Tortilla rellena de queso. Nuez de mantequilla sobre el teflón del sartén a media temperatura. Dos huevos por comensal y uno para el sartén. Deja que la espátula te ayude a cuajar los huevos batidos ya vertidos. A punto de secarse, añade el queso de tu preferencia en la mitad de la tortilla dejando los bordes libres. Dobla en media luna dejando que se unan las dos mitades. Unos minutos por cada lado, salpimentar a gusto y sirve con pan tostado. Que el aroma del café recién colado te abra el apetito a punto de desmayo y un jugo de naranja fresco te impulse a la carga de ese nuevo día.

El viernes bailare con ella. Con la autoridad que le da la habilidad que heredo de su madre, seguro se reirá de mi veitiunico paso de baile. Yo, solo le pido a Dios que guíe los pasos de ella.

2 comentarios:

  1. Ohhhh Que bello!!!! Ese final llega al corazon!!!!!!
    GIGI

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  2. Solo aquel que ha sido buen hijo...puede ser un gran padre como tu.

    Un Abrazo

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