jueves, 2 de septiembre de 2010

As I.S.

Renunció el enfermizo príncipe a su trono para casarse, cumpliendo el sueño de toda niña y de aquella bella cubana de Sagua que había conocido en un hospital en Suiza. Aunque este hecho, no significaba que fuera a vivir por siempre feliz…

Realmente se dan en la vida historias que parecen de novela. Historias que me intrigan. Pero mas me intrigan las razones para mantenerlas ocultas. Razones que no cuestiono, y aunque desconozco, debo respetar. Me lamento grandemente por no haber compartido más tiempo con mi abuela, Ignacia Sampedro por muchas razones que no vienen al caso. Más sin embargo, me consuela el que, la conocí lo suficiente como para amarla.

Pisaba ella la cocina para servirse o para que le sirvieran. No tenia amor por la cocina, pero si por la comida.

Disfrutaba yo de niño verla comerse un mango con cuchara, un emparedado con tenedor y cuchillo o tardar una hora degustando un pedazo de biscocho. Amaba el arte, sobretodo la pintura. Me ofreció un caballo y cumplió su promesa pintándome uno. Dudo que haya cambiado algún pañal en su vida, pero no dudo que haya cambiado muchas vidas. Defendió su espacio con uñas y dientes. Escribió en el ocaso de su vida inspirada por la nostalgia, la misma que me inspira desde que murió su hijo menor. Herede de ella su colección de sellos y un aire de aristócrata que a veces me embarga y que intento controlar.

No conocí ninguna receta de plato alguno cocinado por ella, pero conozco la de los frijoles negros que tanto le gustaban. Tres paquetes de frijoles en agua desde la noche anterior. Una botella de aceite de oliva, un pimiento verde, una cebolla grande, una cabeza de ajo, dos cucharadas de azúcar, par de hojas de laurel. Hervir todo junto hasta que estén blandos. Una cucharada de vinagre le añadiría su hijo antes de servir.

Dos años mas tarde habría terminado aquel tan sonado matrimonio y dos dictaduras acechaban a sus respectivos países.

3 comentarios:

  1. Bueno Juanci como siempre me encanta tu relato y siempre lleno de emociones, pero a la receta que esta muy buena,tendre que adaptarla, asi que no se como me quedaran, te lo informare, espero que bien

    ResponderEliminar
  2. Me parecio estar ahi.....con ella
    Alli, en la cocina con tu abuela,
    Olfateando el aroma de los frijoles,
    Y esperando que me ofreciera
    xoxoxoxo GIGI

    ResponderEliminar
  3. Eres un gran escritor! mis admiraciones!

    ResponderEliminar