sábado, 26 de junio de 2010

Que emocion!

Le quito su vida de las manos del Señor para hacer su propia voluntad y no la de El. Sentido de impotencia nos arropa a nosotros, sus amigos.

Quisiera escribir de cosas mas alegres, pero la vida, inesperadamente, me lleva por el camino de la tristeza en estos días. No quiere decir eso que no tenga motivos para estar contento y celebrar la vida, pero merece de vez en cuando un examen de conciencia colectivo, aunque sea forzado por un acto de egoísmo extremo.

La última vez que le vi, su esposa me pedía la receta de una paella para ver si de alguna manera le estimulaba el apetito disminuido por la quimioterapia. Nunca me dio la oportunidad de preguntarle que tal le quedo, si le gusto, si comió mucho, si se sintió mejor. Dudas no debe haber tenido de sentirse querido. ¡Que emoción!, era una de tus frases favoritas y estela de emociones diversas dejaste. Aun no comprendo las que pasan por mí.

Que difícil se nos hace aprender el “Padre Nuestro”, y no dije, precisamente, memorizarlo sino aprenderlo, hasta sencillo nos parece a veces... ¡Hágase tu voluntad!

Quisiera amigo entender tu mirada, escuchar tu silencio y comprender tus pensamientos. Que tal te va, cuéntame… Dime, como te sientes… En que te ayudo… Te escucho, te comprendo… Ven siéntate, hablemos, déjame presentarte a quien me da luz y fuerza… Frases que deberíamos decir más a menudo. Decirlas yo, y que tu me las digas también.

Amigo ven, celebremos juntos la vida, la amistad y el amor. ¡Que basta solo un Gólgota!

Me refugio detrás de la estufa. Busco en la nevera una Medalla de las tantas que hiciste en la cervecería. La cena me recuerda el ciclo de la vida. Me siento en la mesa con mi esposa y mis hijas, mi hija menor bendice los alimentos, la bendición me llega hasta el tuétano.

viernes, 11 de junio de 2010

Aquella Receta

Creo que no existe tal cosa como una vieja canción, en la medida que un sentimiento nuevo se identifique con ella, renacerá y pasara a ser parte de una nueva y personal historia.

Algo recordaras por ella. Un evento o un acontecimiento. Tu primer amor, tal vez. El error de tropezar con la piedra y no levantarse o el que estés de pie y en lucha. De lo que fue o de lo que pudo haber sido. Tus miedos, tus logros, tus travesuras. Recuerdos que forjan tu presente y te impulsan al futuro.

Años que pasaron en segundos o segundos que fueron eternos. No podemos vivir en el pasado, pero no debemos dejar morir los recuerdos. Cuando la escucho, te recuerdo y te veo como siempre quisiste ser. Hoy me gustan canciones que no escuchaba veinte o treinta años atrás, simplemente porque tu estas en ese recuerdo. De la escuela, del verano, del baile, de la universidad, de aquel viaje, del hospital, de nuestra calle, de la playa, del pueblo o del barrio.

Dos nuevos corazones que se juntan la tomaran y la harán suya. El grupo que se gradúa de la escuela la tomaran y la hará suya. Los estudiantes en marcha, la tomaran y la harán suya. El político en campaña, la tomara y la hará suya – que desgracia-.

Canciones inolvidables por diferentes motivos. Un beso y una flor. Let it be. Preciosa. El Rey. Guantanamera. Don’t stop Believing. Dust in the Wind. More than a Feeling. En mi Viejo San Juan. Oh que será! A mi manera. Two Out of Three Ain’t Bad. Miles más pasan por mi mente y que seguramente tu estés en alguna de ellas. Busca en el B(erigudtaim)-pod que tienes al lado mientras lees.

Tampoco existen viejas recetas de cocina por los mismos motivos. Aborrezco los platos salidos de un laboratorio y las mezclas de vegetales inverosímiles que navegan miles de kilómetros antes de llegar a tu mesa, como si fuera reggaeton.

Que no te importen mis recetas más que las de los tuyos. Aprende a hacer el sofrito de la abuela. Aprende a cocinar el plato con el que te recibe tu madre. El pescado recién salido del chinchorro que se come en la pescadería del pueblo. La empanada que vendían cerca de la escuela. El sándwich que compartías con tu novia. El desayuno de tu luna de miel que fue el postre en otra mesa. ¿Que quieres que te prepare?, es música a los oídos de cualquiera. Busca el papelito con aquella receta que copiaste hace años por algun motivo y que esta guardada dentro del libro de cocina, abre una botella de vino y prende el tocadiscos o mejor dicho el i-pod, cocinale.

Y cuando la veas tararear esa vieja canción de tiempos vividos, no le preguntes de que se acuerda, canta con ella y celebra que tu eras parte del horizonte de aquellos caminos.

viernes, 4 de junio de 2010

Arroz Frito

Con ella aprendí, que tener una mujer en la casa no es cosa fácil. No conocí a todas sus amigas, pero estoy seguro, de que ellas a mi, sí. Creo que puedo decir que, en parte, mi paciencia –la que tengo y la que me falta- se la debo a ella.

Recuerdo el día que la trajo la cigüeña. Creo que ese día mi padre estreno la cámara a colores. Luego de seis años como hijo único, tenia un hermanita “con quien compartir”. Hello! ¿A que puede jugar un niño con una hermana seis años menor? Pues, hoy tengo que admitir que jugaba al niño celoso… hasta biberón comencé a utilizar después de “viejo”. Lo que mi madre me servia en el bibi era café con leche. ¿Porque a los niños de hoy no se le dará café? Tal vez jugarían más en el patio y menos en el televisor. La niña fue creciendo, durante una época tenia una amiga con la que hablaba por horas, y a la que yo, nunca pude ver… “Monta unas conversaciones del carajo la mojona” decía el cubano.

Continuo creciendo. Le sirvió de modelo a nuestra vecina cuando tomo su primer curso de fotografía. Luego los gavilanes comenzaban a dar vueltas por la casa. Cosa que tengo muy presente en estos días…

Con ella me convencí, de que son un montón los genes que guarda ADN humano. Desde los gemelos idénticos, en un extremo y ella y yo por el otro. Podemos hablar casi de todo, menos de política. Aunque en la cocina nos complementamos, yo con la comida y ella con el postre.

Creo que a pesar de todo fui un buen “role model”. Enseñándole con mis errores y ella aprendiendo de los propios.

Aun no me atrevo a visitarla a Boston por cuatro pequeñas razones. Tal vez, cuando esas razones estén estudiando en universidad, me atreva a visitarla. A mi me gusta viajar en invierno y no me imagino con cuatro “mini-her” confinado en la casa. Tal vez nos visite en verano, supongo que tendré que cocinarle su arroz frito.

Arroz blanco del día anterior, bajo en sal preferiblemente. Huevos en revoltillo. Aceite neutro saborizado con ajo y jengibre. El jamón de tu preferencia, y cebolla picada pequeña rehogados en el aceite. Añadir el arroz y el revoltillo al wok o un sartén grande bien caliente. Mover constantemente. Añadir salsa de soja a tu gusto. Para terminar, añadir cebollín cortado en ruedas y brotes de soja. Excelente para acompañar alguna carne a la parrilla.

También me ayudo a comprender, que a las mujeres, es mas fácil quererlas, que entenderlas. Feliz cumpleaños hermanita.